El término energía solar se refiere al aprovechamiento de la energía que proviene del Sol. Se trata de un tipo de energía renovable. El Sol lleva 5 mil millones de años emitiendo radiación solar y se calcula que todavía no ha llegado al 50% de su existencia.
La energía solar, además de ser inagotable es abundante: la cantidad de energía que el Sol vierte diariamente sobre la Tierra es diez mil veces mayor que la que se consume al día en todo el planeta. Por lo que, hoy en día es posible aprovechar este recurso natural de múltiples formas.
Tal es el caso de nuestro país que cuenta con un clima y una irradiación solar privilegiados, además posee las condiciones necesarias para generar más electricidad de esa fuente que se desarrolla a pasos agigantados en el mundo.
Dicha energía tiene muchas ventajas. Los paneles son una inversión duradera, tienen una vida útil que alcanza los 25-30 años. El contexto, además, es favorable: todo apunta a que en el futuro las tarifas de gas y de electricidad seguirán subiendo (explotan recursos limitados), mientras que el coste inicial que supone la instalación de la solar es cada vez más bajo.
A diferencia de las energías producidas por los combustibles fósiles, con la solar no hay ninguna emisión, ni olor ni ruidos. No contamina. Y, sobre todo, su duración es inagotable.
Por eso, tal vez sea oportuno recordar que los paneles solares son los elementos que se necesitan para captar la radiación y convertirla en energía útil. Y para esto se pueden emplear dos tipos distintos de aparatos: los captadores solares térmicos y los módulos fotovoltaicos.
Los módulos fotovoltaicos se usan para obtener electricidad. Mientras, los paneles solares generan corriente continua que luego se convierte en alterna y se puede usar para suministrar instalaciones o para incorporarla a la red eléctrica. Esto se produce debido al efecto fotoeléctrico, que permite que determinados materiales absorban fotones y liberen electrones, lo que genera una corriente.
El tema de la energía solar ha sido objeto de un renovado y creciente interés durante esta década, fundamentalmente por las posibilidades de ofrecer una alternativa al calentamiento global.
Si se fomentase la demanda de luz solar, una fuente de energía inagotable e infinita significaría que las personas ya no dependerían de las fuentes energéticas finitas. Esas fuentes combustibles fósiles se encuentran en manos de unos pocos, no como la luz del sol que está al alcance de todos.
Sin duda, si continuamos con el uso de la energía solar, además de mejorar el impacto en el medio ambiente, en la salud y en el bolsillo, también supondría un cambio en la economía a nivel global.
Por:
Pablo Portilla
Director Comercial
Sunshine